La ciencia espiritual y la ciencia moderna consideran que la materia es energía condensada, como indica la famosa relación de Einstein E = m c². Pero la ciencia espiritual considera también que la luz es energía parcialmente condensada. Esto permite comprender que las manifestaciones puramente luminosas, tales como los misteriosos orbes, pueden representar de hecho formas muy sutiles de manifestaciones de seres elementales.
Los orbes son esos discos, lo más usualmente blancos, que encontramos a veces sobre fotografías, superpuestas a objetos, cuando este fenómeno no era visible a simple vista. Un estudio anterior (ver el libro « Crop Circles - El desafío a la ciencia ») ha mostrado que pueden explicarse por el fenómeno de la difracción óptica. Este puede ser provocado por partículas de polvo situadas entre el sujeto fotografiado y el objetivo fotográfico, pero la experiencia muestra que también puede existir en ausencia de polvo. Este fenómeno sobrepasa entonces los conocimientos científicos actuales. Apoyándose sobre la equivalencia masa-energía, podemos considerar que, en estos casos, la difracción óptica está provocada por «partículas energéticas». Estas pueden traicionar la presencia de seres invisibles (inmateriales), por ejemplo de seres elementales.