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Textos antiguos

Paracelso (1493-1541), famoso médico y alquimista suizo, publicó en 1535 el primer libro dedicado a diferentes tipos de seres elementales, cuyo título fue: «El libro de las ninfas, los silfos, los pigmeos, las salamandras y de todos los otros espíritus». Este título totalmente significativo muestra que conocía bien el mundo de estos seres que pueblan el mundo invisible.

Nicolas-Pierre-Henri de Montfaucon, cura de Villars (1635-1673), escritor francés, que publicó: «Conde de Gabalis, o Entrevistas sobre las ciencias secretas» en el cuál escribió: «El aire está lleno de una innumerable multitud de pueblos [los silfos] de aspecto humano, un poco fieros en apariencia, pero de hecho dóciles: grandes amadores de ciencias, sutiles, trabajadores, y enemigos de los idiotas y de los ignorantes. […] Sabed que los mares y los ríos están habitados igualmente que al aire: los antiguos Sabios los nombraron Ondinas y Ninfas a este especie de pueblo. […] La tierra está llena casi hasta el centro de Gnomos, gente de pequeña estatura, […]: estos son ingeniosos, amigos del hombre y fáciles de mandar».

Estos conocimientos son presentado como extractos de la antigua Cábala (tradición mística judía).

Robert Kirk (1641-1692): este pastor escocés dejó también un libro: «La republica misteriosa de los elfos, fauna, hadas y otros similares», escrito a partir de testimonios que él mismo colectó.

Se puede leer en él: «Se dice que las hadas son de naturaleza intermedia entre el hombre y el ángel, espíritus inteligentes y curiosos, de cuerpos ligeros y fluidos. Estos cuerpos son tan flexibles gracias a la sutileza de los espíritus que los agitan que pueden aparecer y desaparecer a voluntad.»

«Los seres invisibles que rondan las casas parecen pertenecer a nuestra gente subterránea [los gnomos] ya que, si bien lanzan gruesas piedras, motas de tierra y pedazos de madera a los habitantes, no les hacen ningún daños, actuando, parece ser, no para perjudicar pero para divertirse como bufones y bromistas.»

De hecho, la compilación de textos antiguos disponibles muestra que los seres elementales estaban presentes en las diferentes culturas, religiones y tradiciones antiguas de todo el mundo.

Walter Evans Wentz (1878-1965): este etnólogo encontró decenas de testigos para recolectar testimonios vivientes sobre el «pequeño pueblo» (nombre dado a las hadas, a los gnomos y otras criaturas) por toda Irlanda, Escocia, País de Gales et Britania. Publicó su trabajo en 1911 en un libro titulado «La creencia en las hadas en los países célticos», en el que podemos leer «Tanto los Celtas cultivados como aquellos que no lo son afirman que el país de las hadas existe. Se trata de un mundo invisible poblado por innumerables especies».

Sin embargo, «la creencia general en el interior de Britania es que las hadas han existido, pero que han desaparecido cuando la provincia se encontró transformada por las condiciones de vida moderna».

Esta observación es muy significativa, y explica claramente que la creencia en la existencia de las hadas, que fue basada antiguamente en la percepción directa de estos seres, cesó cuando las condiciones de vida en el campo se modernizaron. La evolución del modo de vida ha llevado al confort gracias al desarrollo de las tecnologías, pero ha conllevado poco a poco, como contraparte, una distanciación entre los hombres y la naturaleza. En nuestra época moderna, los hombres ya no tienen en absoluto la misma relación que tenían antiguamente con la naturaleza, incluso en las zonas rurales, hasta el punto que muchos hombres hoy en día la consideran como una explotación, y ya no como un medio vivo y frágil que hay que proteger.

Esta evolución ha sido acompañada de una visión cada vez más materialista del mundo, que ha tenido como efecto el que los hombres hayan perdido el contacto con la vida en la naturaleza, vida personificada por los espíritus de la naturaleza. Se han olvidado de la existencia de las hadas y de otras criaturas del pequeño pueblo, puesto que ya no les son visibles. Y estos seres que antiguamente eran considerados como naturales, han sido clasificados como sobrenaturales, sin que los hombres se den cuenta de que, en realidad, son ellos los que han evolucionado con el tiempo.

Textos modernos

La tendencia, en nuestra época dominada por la ciencia, es la de pensar que los conocimientos antiguos tienen más que ver con las creencias, y que por lo tanto no tienen relación con la realidad, en particular cuando estos conocimientos no son reconocidos por la ciencia moderna. Sin embargo, para el presente tema, numerosas personas y numerosos autores contemporáneos han atestiguado de la existencia de seres elementales, incluso en nuestra época, ya que tienen ellos mismos la capacidad real de percibirlos.

Estos testimonios son poco conocidos ya que no pueden ser tomados en consideración por la mayor parte de las personas, inconscientemente sometidas a la visión materialista del mundo e ignorantes de esas realidades. Estos testimonios confirman sin embargo que los seres de la naturaleza existen en nuestros días tanto como antiguamente. Representan de hecho las fuerzas vivas de la naturaleza, sin las cuales esta no podría existir.

Ver « Crop Circles - Las llaves del misterio » por Daniel Harran : las 12 razones de la realidad de los seres elementales, p. 63.

Ver « OVNIs, crop circles & MIDIM » por Daniel Harran : p. 48-65.

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